
Limpie la cebolla de la cáscara, enjuague y cubra con servilletas. Para la ensalada, la cebolla roja, la blanca, la chalota o la reposa común serán ideales. Estas variedades tienen un sabor más suave y son ideales para ensaladas. Corta la cebolla con finos semicirculares, un cuarto de anillos, plumas o pequeños cubos como más te guste.